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Half Sevilla Triathlon. The Chronicles.

  • axelbeci
  • 18 abr 2023
  • 9 Min. de lectura

Half triatlón de Sevilla, o cómo tener condiciones de dureza más propias de Lanzarote, en abril, pero sin salir de la Península. Para no tener que dormir una hora menos. O una hora más. Que con esto del cambio horario me suelo liar.


Cuando digo que Eolo me persigue desde hace dos o tres años no lo digo porque sí. Es real. Me la tiene jurada. No sé qué le hice, en algún momento del pasado le ofendí sin pretenderlo, le menosprecié seguramente. Y desde entonces se entretiene torturándome, cancelándome pruebas en confines del mundo, endureciendo todo lo que puede las que no consigue suspender. Es la única explicación que le encuentro a que, en Sevilla este domingo, el único rato que sopló de verdad (rachas de 50kph noreste, cruzado a la mayor parte del circuito de bici) fue el rato en el que estuvimos en la bici. No más. No menos.



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Dice Vicenç que Windguru son los padres, y en parte tiene razón. Pero cuando en un intervalo de 15 días (toda la semana anterior y toda la semana siguiente) el único rato de viento de verdad es el rato de la bici del triatlón, es que algo hay. Porque meigas, habelas, hailas.

Dicho esto, recapitulemos, que el post debería tratar de la crónica de un triatlón de media distancia, no de mis rencillas con el dios del viento. Lo bueno es que cada vez se me quitan más las ganas de comprar una rueda de perfil 90 para poner delante. Con mis 67 kilos de puro músculo acabaría en el prao con les vaques. Eso que se ahorra mi sponsor.


Sevilla es una ciudad especial, no he estado muchas veces pero cada vez que voy (maratón en 2020) me da esa sensación. Tiene algo. Llámalo color, duende… llámalo mucho calor directamente. Casi treinta grados un 15 de abril. Y humedad, porque no es Madrid. El río baja con agua, lo que hace que la humedad suba varios puntos. He dicho alguna vez que los triatlones con calor, viento y humedad se me dan de lujo, verdad? :D


En fin, voy a dejar de lloriquear, últimamente es lo único que hago. Soy un puto Ironman, no debería llorar.


La cosa es que el Half triatlón de Sevilla es una prueba bien guapa. En un sitio que mola, con unos circuitos que molan, y un montón de público en la carrera a pie que anima sin parar mientras les esquivas como puedes porque van caminando por el puto medio del circuito sin que parezca importarles mucho que un fulano en mallas totalmente enajenado y empapado en sudor, agua, babas, mocos y en algunos casos orina (el caso de un amigo) les pase a menos de 5cm resoplando y bufando como un jabalí rabioso. Y yo realmente admiro ese estoicismo, esa capacidad zen taoísta que tiene la gente sin pretenderlo. Si Lao Tzu levantara la cabeza, alucinaría.


Venga, me pongo con la crónica, que ya va siendo hora, aunque se me dé bastante mejor escribir tonterías que crónicas. Luego me dice algún iluminado por ahí que me invento las cosas. Lo bueno de escribir tonterías es que te puedes inventar lo que te salga de los huevos. Con las crónicas es diferente, hay que documentar y citar autores. Sobre todo en un blog serio, como es este. Científico. Cientifismo puro.


7am suena el despertador… bla bla. Mentira, joder. Llevas ya despierto dos horas, eres un agonías. No consigues dormir antes de las carreras. Así que a las 6:30 te levantas de la cama ya por aburrimiento (qué bueno eso de empezar un triatlón a las 9:30am) y te metes entre pecho y espalda 4 cafés seguidos. Creo que ahí van ya casi 400mg de cafeína. Y seguido a ver al señor Roca (no el de los neoprenos, el otro). Luego a pegar sorbos del bidón con 100g de hidratos que te has dejado preparado. Justo antes de salir del apartamento otra visita al señor Roca. Empieza bien el día, con energía.


Parece que no hace mucho viento. Solo lo parecía. Llegas a la transición en el CEAR (guapísimo el sitio, por cierto) y las vallas están en cualquier posición menos en la que deberían estar por el viento que sopla cada vez más fuerte. Dejas las cosas, la bici, el casco encima del manillar, pones los bidones y las zapas de correr etc y piensas, todo listo. Joder, si tengo todavía una hora y media hasta que empiece la carrera. Qué cojones hago yo ahora?


Ves a Pello al otro lado del box y vas a saludarle. Cuando llegas está metiendo unas baterías grandes en la zona del pedalier de la bici (joder, sí que fabrican los medidores de potencia cada vez peor). Te dice que obviamente no son las baterías del motor que lleva en la bici, que no te pienses cosas raras. Y tú asientes. Miras su bici, luego miras la tuya y piensas que no son muy diferentes. No entiendes muy bien que la suya corra 3kmh más rápido que la tuya. Deben ser los putos rodamientos cerámicos. Y la rueda esa de bastones. Necesitas una cuanto antes. Vuelves a mirar tu bici y ya no está. Pero qué cojones… ahhh está en el puto suelo porque te la ha tirado el viento. El casco también a tomar por culo. Menos mal que vas con tiempo de sobra, que si no…


En esto que llega Julentri, totalmente sobado. Y aero. El cabrón te ha hecho caso y ha venido full-aero-kit-wanker. Tienes que dejar de darle consejos, piensas. Perneras, más casco aero, más lenticular. Acabas de perder 15 vatios respecto a él. O quizás 20. Txopi seguro que me calcula el número exacto. Menos mal que sigue llevando el puto bidón de 1L ese redondo en el cuadro. Así lo compensa un poco. El pedazo globero.


Te piras de ahí, les dejas con sus cosas y te vas a poner el neopreno. Calientas un poco y vas para la salida. La estrategia es clara. Salir a full e intentar meterte en el grupo. Sin explotar. No explotes. Estás pensando en las musarañas y suena la bocina. PAM. Ritmo FFG (full fucking gas). Cuentas segundo que parecen minutos, 15, 20, 30, 40… ufff creo que el lactato se te está empezando a salir por las orejas y las cuencas oculares. Afloja un poco pisha que te quedas aquí. Los brazos como troncos. Ves cómo marcha el primer grupo poco a poco, te quedas ahí un poco en tierra de nadie, as usual. Pero no has explotado y consigues meterte en un grupito que va nadando bien. Largo de ida, largo de vuelta, e inexplicablemente en la última boya de giro te quedas cortado del segundo grupo. Eres un puto papanatas. Sigues rumiando este pensamiento durante unos minutos hasta que llegas al pantalán del CEAR. Haces la croqueta y te levantas como puedes. Transi todo lo rápida que puedas… vas pensando. Llegas a tu bici y… oh, sorpresa. Está en el puto suelo. Otra vez. Y el casco, a tomar por culo. OTRA VEZ. En fin. Recoges la bici del suelo rezando para que la patilla no se haya doblado y sales cagando leches de ahí. Te cantan 2’30 respecto a Julen. Ni tan mal. Un juez te grita. What? El dorsal! Ahhh, llevas el dorsal colgando del acople de la bici. Te he dicho que eres un papanatas. Paras, te lo pones. Y otra vez ritmo FFG.


La estrategia en bici me la había planteado de dos posibles formas:


Forma nº1: sal progresivo y estable, no te calientes y vete adelantando posiciones poco a poco. (estrategia BUENA).


Forma nº2: sal a puto fuego sin que te importe nada ni nadie, ni mires el medidor, echa toda la espuma que puedas por la boca durante los primeros 30km e intenta llegar a cabeza de carrera todo lo rápido que puedas (obviamente no esperaba llegar a Pello, escribo tonterías pero no sandeces).


La primera de las dos estrategias era mucho más inteligente que la segunda. Por supuesto, escogí la segunda.


Creo que es la pasada más heavy que me he pegado en la bici de un half desde siempre teniendo gas en las piernas. Sin ningún tipo de medida. En los primeros 20km paso gente que parece que voy en moto y ellos en triciclo. Alguno seguro que se descojonó viendo el humo que me salía de las orejas. Llegando al primer giro donde nos cruzábamos veo la moto y veo a Pello. O veo la moto de Pello, no estoy seguro. Pillo tiempo y empiezo a contar. Un minuto, dos minutos, tres minutos… buah. Pasote. Ver dar pedales en bici a Pello Osoro es uno de los mayores espectáculos que pueden presenciarse en un triatlón. Es muy heavy, pienso sinceramente que la mayoría de la gente no es consciente de lo que anda este tío. En términos generales. Pero es que lo de la bici es otro nivel. OTRO nivel.


Justo antes de llegar al giro veo que viene Julen segundo, con tercero y cuarto muy cerca. Y pico tiempo y veo que voy recortando. Creo que estoy entorno al minuto perdido, pero es cierto que en esas circunstancias la cabeza no me termina de funcionar bien. Va en modo ahorro de energía. Voy quinto, me estoy marcando una serie de 1h a FTP pero me estoy acercando. Venga, tú puedes. Y todo esto, que no lo he dicho, yendo en bici de lado, tumbado contra el viento tipo velero. Creo que no he agarrado tan fuerte los acoples en mi vida.


Sigo dando pedales como un loco y en el segundo giro del bucle veo que Julen se ha ido y tercero y cuarto van muy cerca. A Julen le tengo a menos de 1’ creo, pero se están empezando a encender todas las luces rojas del cuadro de mandos. Menuda tostada, pienso. Ahí me doy cuenta de que no voy a llegar a Julen, si por lo menos pudiera llegar a tercero y cuarto…


Cómo me hubiera gustado llegar a Julentri y haberle hecho un “junkyard dog”. Me cago en mi vida, qué feliz habría sido.


Pero esto es lo que es, una carrera seria. Y tú un triatleta serio. Así que me centro en llegar a la pelea por el tercer puesto, y lo consigo juuusto después del último giro en el bucle. Justo en el momento del blackout energético. Buah. Terrible la mierda que llevas encima. Y te quedan todavía 20km de bici y 20km a pie. Buah buah buah.



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A esto se le conoce como: petar


El resto de la bici se puede resumir en una sucesión de imágenes borrosas y esfuerzos sobrehumanos por no quedarme en el llano, mientras intento ingerir todos los CHO posibles antes de empezar a correr. Bueno, antes de empezar a “correr”.


Ese pensamiento recurrente: “pero cómo cojones voy a correr ahora 21km?” Creo que no lo he tenido nunca tan claro como el domingo. Sabía que era imposible. Aun así salgo con todo a correr. Me pongo cuarto en el kilómetro uno y veo que Alberto tiene bastante más ritmo que yo. Pero en el kilómetro dos o tres se para a estirar. No me lo termino de creer. Vas reventado, pensando en retirarte desde hace un rato y vas tercero. Me cantan que Julen sigue corriendo (iba tocado del gemelo y no lo tenía claro), va segundo a 3 minutos. Joder, qué mierda, hoy no te vas a poder retirar, aunque también es verdad que después de cuatro retiradas seguidas era lo suyo terminar una carrera. Aunque fuera a rastras.


Pongo un ritmo “fuerte” , en esas circunstancias, que estimo más o menos sostenible durante unos 15km salvando que sé que los últimos kilómetros las voy a pasar canutas. Pero si consigo que los otros se crean el farol, puede que no lo peleen hasta el final. Sé que voy a petar, lo que intento es que los otros dos que vienen cerca por detrás piensen que no. Hago la primera vuelta de 10km totalmente al límite, y en uno de los pasos por los puentes miro para atrás y veo que saco bastante al cuarto. Estimo que un minuto al menos. Por un momento se me pasa por la cabeza que puedo llegar… jaja, nada más lejos. Cada vez hace más calor y yo cada vez voy más tostado, me vuelven a cantar una referencia entorno al minuto de ventaja pero ya ni me importa. Estoy destruido y quedan al menos 7 kilómetros… me pongo en modo ahorro de energía e intento minimizar la pérdida, pero en el kilómetro 15 o 16 Alberto me pilla y solo puedo darle una palmada, la enhorabuena por haberlo peleado y preguntarle si por detrás viene alguien cerca. Me dice que no, pero con la mierda que llevo encima no termina de tranquilizarme :D


Los últimos tres kilómetros son agónicos, visión túnel y pon un pie delante del otro sin caerte, que ahora mismo no tienes reflejos ni para poner las manos en el suelo si te caes de bruces.


En el último kilómetro, ya dentro del parque, vuelvo a mirar para atrás y veo a lo lejos un borrón rojo. Joder colega, hasta el final voy a tener que apretar. Llego justo justo, con 30” de ventaja y caminando para no caerme en la rampa de meta. No sé quién inventó eso de poner una rampa en la meta de los triatlones. Menudo cabronazo.


Resultado final, cuarto, en uno de los tris en los que más he peleado. Cuarto a dos mundos de distancia del extraterrestre Pello, a un mundo y medio de Julen y a medio mundo de Alberto porque se paró a estirar. Si no, me saca un mundo también.



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Mucho ojo, que puedo vender mi primer puesto en VT1 (nada que ver con el primer umbral ventilatorio, ok?)


Creo que ya vale de chapa. Hoy me he explayado a gusto.


Ah, como colofón a todo, este magnífico vídeo de mi querida novia llamándome gilipollas. Yo también te quiero! :*




Próxima parada, Half Pamplona!

 
 
 

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